martes, 14 de junio de 2011

Una volta amici, ora sconosciuto


Capítulo 01

Una volta amici, ora sconosciuto


Peleamos entre las dos ya que no nos queda ni una sola palabra en el mundo que podamos decirnos. En una época, fuimos llamadas las mejores amigas, un dúo inseparable, ahora, es mas que historia antigua. Nuestras actitudes tan inmaduras que solo podemos recurrir a la violencia mas no a la calma y la paz.

Elisa odia pelear pero no ve otra alternativa cuando esta frente a Elena, entre ellas dos, hay demasiadas cosas para decir, pero al mismo tiempo no tienen nada que expresarse mutuamente, los años las volvieron así, seres que para evitar profundizar un mejor contacto llegan al nivel de no tratarse como debe ser.

Ninguna es un ángel, no hay mártires ni demonios en esto, solo dos personas que no saben como afrontarse. Un día, les dieron la oportunidad de demostrar de lo que en verdad tenían dentro de su propia mente relacionado la una a la otra, sus mismas almas reflejaron lo que podría decirse armas blancas de “fácil” aprendizaje y con ellas hacer lo que les indique el instinto.

Sin lugar a duda Elena decide ser la atacante, mientras que Elisa sin mucha opción por delante, será la que se defienda, aunque sus actitudes demuestren todo lo contrario ella no quiera lastimar a Elena, es mas, busca la forma de poder protegerla y solo quiere que entienda que las cosas podrían ser mejores si es que ambas pusieran un poco de su parte.

El arco y la flecha que apuntan al corazón frío y desconsiderado de Elisa según Elena, hará que la detenga de una vez por todas y terminará con este circulo vicioso de eventos fuera de lo común y por fin dejará de atormentarla a tal
punto de quererla fuera del mapa. Sin tener conocimientos previos del manejo de un arco, aprende con mucha destreza y comienza a lanzar una tras otra un sin fin de flechas demasiado amenazantes hasta llegar a cumplir lo que su cuerpo y mente demandan.

El arma que le fue dada a Elisa es una clase de lanza inclinada a la cultura china llamada “Dao” con esta, puede mantener una cierta distancia y aun así atacar con mucha efectividad cuando es debido. Ella por tener una gran afición a la cultura asiática le fue encomendada esta lanza.

-Al verte me dan ganas de desaparecerte, tu sola presencia me hace desear no haberte conocido jamás – Le dice Elisa con un tono bastante calmado aunque por dentro se encuentre temblando como un pote de gelatina.

-¡Si tanto lo deseas, ¡¿quién te llamó a acercarte a mi?!, ¡yo jamás te pedí ni te obligue a nada! Si estamos aquí así ¡es por ti!, ¡todo siempre será por ti! – respondió Elena, siendo poco a poco cegada por la ira que el arma le llenaba su razón.

-No necesito tus sermones, ¡necesito que entiendas lo que eres ahora! y lo que fuiste en una época, ¡¿Dónde esta la vieja tú?!
-¡Deja de pensar en el pasado!, ¡me enfermas! Con tus ideas de soñar despierta por un pasado que no volverá, ¡¿no crees que yo siempre fui así?! Ahora deja de provocarme y ¡quédate quieta así terminamos con todo esto!

-Estas segura que ¿esto es lo quieres? Sabes que yo no soy la única por la que estamos aquí- Al decir esto, Elisa comenzó a buscar una forma para acercarse más y más a ella delicadamente con la lanza, esperando una buena oportunidad.

-Si, estoy segura, solo quiero que no te entrometas ¡más en mi vida!, ¡déjame tranquila! Entiende Elisa, tu sola presencia. ¡Me es molesta! – al culminar esa


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